Hallaron restos fosilizados de pingüino en Perú

Algunos pingüinos antiguos pueden haber tenido el doble de tamaño del actual emperador, pero sin su elegante esmoquin.

Los investigadores hallaron restos de un pingüino de 1,50 metro (casi 5 pies) que habitaba en el actual territorio de Perú hace unos 36 millones de años, y también descubrieron plumas fosilizadas que muestran que en ese entonces esta ave no voladora estaba moteada de marrón rojizo y gris.

México: 400 cocodrilos escaparon de sus jaulas han recuperado 100


Cien de los casi 400 cocodrilos que escaparon de sus jaulas en un criadero de Veracruz, a causa de las inundaciones en el estado, fueron recuperados este miércoles gracias al apoyo de pescadores especializados, informaron administradores del criadero a la agencia Notimex.

Jesús González Cota, de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) El Colibrí, ubicada en el municipio veracruzano de La Antigua, dijo a Notimex que, el fin de semana, la parte trasera del criadero se inundó debido a las lluvias generadas por el huracán Karl.

La Moringa: Alimento alternativo y saludable


El próximo 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) pretende sensibilizar sobre “El derecho a la alimentación”, según reza el lema de la jornada. En la actualidad, ese derecho puede quedar garantizado en zonas áridas y tropicales del mundo gracias a la moringa oleífera, una planta de múltiples usos y enormes potencialidades cuya principal utilidad es la alimenticia.

¿Cómo saber que especies proteger?



Miles de animales se encuentran en peligro de extinción. Las razones son, por demás, conocidas: la pérdida o la degradación del hábitat natural, la caza, la amenaza de especies invasoras, la contaminación y el cambio climático.

El último documento de Naciones Unidas sobre biodiversidad, "Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3", advirtió recientemente que algunos ecosistemas están alcanzando un punto de inflexión, después del cual será imposible evitar la extinción de muchas especies.

De allí se desprende lo importante que es, dada la situación y la falta de recursos, saber a qué especies se deben dirigir los esfuerzos.

John Drake, investigador de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, cree haber descubierto una metodología para determinar cuándo la decadencia de una especie se torna inevitable.

Según Drake, la sutil fluctuación en el número de una población puede servir como un sistema de alerta temprana.

"Lo interesante de nuestro hallazgo es que indica que podemos anticipar las extinciones incluso si no contamos con información detallada de qué gobierna exactamente el crecimiento, el retroceso y las fluctuaciones de estas poblaciones", le dijo Drake a BBC Mundo.

Pulgas en laboratorio
Drake y sus colegas analizaron en el laboratorio los cambios en la población de 60 colonias de pulgas de agua. A la mitad de ellas les proporcionaron alimentos de forma constante, mientras que las demás recibieron un cuarto menos cada mes.

A falta de suficientes nutrientes como para reproducirse con más frecuencia que el número de muertes, estas colonias perecieron mucho antes de que se agotaran las reservas de alimentos.

Si bien en cualquier población los números de individuos oscilan, estas fluctuaciones hallan un equilibrio. Sin embargo, cuando Drake analizó en detalle la información de los grupos en retroceso, descubrió que estos tardaron mucho más en recuperar el equilibrio.

Según los investigadores éste es un signo de la llamada desaceleración crítica, un proceso que se define por la habilidad de una población a recuperarse de una perturbación.

En las especies en peligro, la desaceleración crítica significa que la población toma cada vez más tiempo en recuperarse incluso de pequeñas caídas.

Mundo real
Esta señal de desaceleración crítica es una advertencia, y si los investigadores logran detectarla, pueden concluir si una especie se está encaminando hacia un punto de inflexión sin retorno.

El experimento dio buenos resultados en el laboratorio, pero ahora los científicos deberán comprobar cuán posible resulta discernir esta señal en las poblaciones de animales en el mundo real.

Si funciona, los científicos contarán con una herramienta de gran utilidad para saber si una especie está tan debilitada como para extinguirse, a menos que se se tomen medidas para evitarlo.

ALERTA en las playas venezolanas: EL pez león


En la superficie todo parece tranquilo: la arena blanca, el agua cristalina y un abrasador sol invitan a zambullirse en esta paradisiaca bahía del caribe venezolano.

Sin embargo, bajo la calma del mar turquesa una amenaza se cierne silenciosa: el pez león, un animal repleto de espinas venenosas que podría poner en riesgo la fauna marina y el turismo en el Caribe.

La criatura de rayas marrones y blancas de unos 20 centímetros de largo es oriunda del Océano Indico y llegó accidentalmente al Caribe cuando el huracán Andrew arrasó en 1992 un acuario del sur de Florida liberando seis ejemplares.

El pez león (Pterois volitans) aprovechó la falta de depredadores naturales y se reprodujo a un ritmo vertiginoso, propagándose por las aguas que bañan América Central, Colombia, Las Antillas, México y Venezuela.

Y Venezuela, un país petrolero con unos 4.200 kilómetros de costas en el Caribe, es la nación más vulnerable.

“Aquí está empezando la invasión. La gran mayoría de los ejemplares que hemos observado son pequeños“, dijo a Reuters el buzo y camarógrafo submarino Rommel Cubas, tras atrapar a dos escurridizos ejemplares jóvenes a unos 10 metros de profundidad en Chichiriviche, a unas dos horas al oeste de Caracas.

En julio de este año, el pez león fue detectado en 23 localidades de Venezuela. Pocas semanas después ya eran 31, lo que ha disparado las alarmas entre los expertos que advierten que este pequeño pez amenaza la subsistencia de los pueblos costeros que viven de la pesca y el turismo.

“(El pez león) depreda especies de importancia comercial y ecológica que mantienen limpios de algas los arrecifes coralinos. Si no se mantiene limpio de algas, el arrecife se muere”, dijo el investigador Oscar Lasso-Alcalá, de la Fundación La Salle de ciencias naturales.

Plaga regional

Laso-Alcalá representó en agosto a Venezuela en el primer taller regional sobre estrategias para el manejo del pez león realizado en el balneario mexicano de Cancún, donde ictiólogos e investigadores de varios países dieron la voz de alerta sobre esta nueva plaga.

Originalmente solitario, el pez león cambió sus hábitos al llegar al Caribe y ahora vive en grandes cardúmenes donde alcanza el doble de su tamaño regular, lo que lo hace más destructivo para la biodiversidad.

Cubas ha capturado medio centenar de ejemplares con un sencillo método que consiste en rodear al animal con una bolsa plástica transparente. Sin embargo, sus esfuerzos podrían ser inútiles teniendo en cuenta la rápida reproducción del animal.

“La hembra puede colocar hasta 30.000 huevos por vez. Estos huevos al ser fecundados flotan en la superficie y son llevados por las corrientes marinas“, explicó Lasso-Alcalá.

Conscientes de la inminencia de la llegada del pez león a costas venezolanas, el investigador de la Fundación La Salle y el profesor de la Universidad Simón Bolívar, Juan Posada lanzaron en el 2009 una campaña de alerta temprana.

Sin embargo, su esfuerzo no tuvo eco y recién ahora los medios de comunicación locales han reportado la amenaza de esta especie.

Lasso-Alcalá y Posada lanzaron en febrero el portal http://pezleon.cbm.usb.ve para que buzos y pescadores colaboren registrando sus avistamientos de este tipo de peces.

Comerse al invasor

Por el patrón de corrientes de las costas venezolanas, los expertos creen que en unos años el pez león llegará al norte de Brasil.

“Erradicar la especie es imposible, porque además el pez león no es de aguas someras”, dijo Lasso-Alcalá.

La solución podría ser más simple de lo que muchos imaginan. Los investigadores creen que la mejor forma de mantener a raya al pez león es incentivar su consumo como alimento.

Para ello alistaron al reconocido chef venezolano Sumito Estévez, que protagonizará una campaña para explicar a la población que el pez león es comestible y si se retiran sus espinas es inofensivo.

“Hay una diferencia grande entre animales tóxicos y venenosos, el pez león tiene el venenoso focalizado en las espinas”, explicó Posada, de la Universidad Simón Bolívar.

Quienes lo han probado dicen que su carne es muy sabrosa debido a la dieta de peces de menor tamaño que devora con facilidad en el Caribe.

“Es la mejor carne que probado en mi vida”, dijo Cubas.

Fuente. lapatilla.com

David contra Goliat: la hormiga y el elefante


Las acacias de Kenia tienen un gran aliado para defenderse de los elefantes, que las derribarían y devorarían sin piedad si no fuera por unas hormigas mil millones de veces más pequeñas que ellos.

"Es una historia de David contra Goliat", señaló el biólogo Todd Palmer, autor principal de un estudio sobre el tema, que se publicado en la revista Current Biology.

Las columnas de hormigas enfurecidas disuaden a los paquidermos introduciéndose en su sensible trompa si se atreven a acercarse a las acacias, que a cambio de protección ofrecen a sus guardianes refugio y alimento en forma de dulce néctar.

Con ello, estos insectos tienen un importante impacto sobre el ecosistema de la sabana en la que viven, al proteger a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero, señala el estudio.

Hasta ahora se creía que en la vegetación de la sabana influían la lluvia, los nutrientes del suelo, los herbívoros y el fuego, pero Palmer sugiere que a la lista se añada la defensa de las plantas ejercida por los insectos.

Los biólogos de la Universidad de Florida (EEUU) se dieron cuenta durante una investigación en el centro de Kenia de que los elefantes se apartaban de una variedad de acacia común en la zona, la 'Acacia drepanolobium' en la que proliferan estas hormigas, mientras se alimentaban de la 'Acacia mellifera' que está libre de estos insectos.

Tras realizar una prueba, descubrieron que "a los elefantes les gusta comer esas plantas (que habitualmente tienen hormigas) tanto como la 'Acacia mellifera'. Cuando en cualquiera de las dos especies hay hormigas las evitan como los niños evitan el brécol", señaló Palmer.

En otro experimento, los científicos eliminaron las hormigas de algunas acacias y comprobaron un año después que estos árboles habían sufrido muchos más daños que los demás. Imágenes por satélite tomados entre 2003 y 2008 confirmaron que las hormigas tenían un efecto generalizado a largo plazo sobre la sabana, explicó Palmer.

La trompa del elefante es muy sensible a las picaduras de las hormigas y es el auténtico 'talón de Aquiles' del gigantesco animal. Según Palmer, al parecer es el olor el que alerta a los elefantes de la presencia de las hormigas, por lo que estos olores podrían ser aplicados a los cultivos humanos para evitar que sean arrasados por los paquidermos.

La destrucción de los cultivos es una de las principales causas de que los elefantes sean abatidos por el hombre en el este de África.

Fuente: elmundo.es
Colaboradora: Elizabeth Genesca